Saturday, July 29, 2006

Lima la rosa


Son las 9:20 de la noche y el patrullero gris KL 9408, de la comisaría de Alfonso Ugarte, disminuye su velocidad y se estaciona lentamente frente al prostíbulo de la cuadra 7 de la avenida del mismo nombre. Angelito también desacelera su andar. Mira sigilosamente. Quiere confirmar sus sospechas. No es la primera vez que lo ve detenerse en esa calle convenientemente oscura. La robusta mujer que lee por enésima vez el mismo periódico chicha, abandona su lugar en la puerta del bulín y se acerca al copiloto. Conversan amigablemente.

A menos de diez metros de la escena, Angelito divisa a una voluptuosa morena que, impaciente, espera al próximo cliente.

"Voy ha acercarme a esta chica buena de la mala vida", piensa.

-"¿Hola, cuánto por el servicio?", pregunta.

-"Veinte soles. Servicio normal. Incluye cuarto, poses y chupadita, mi amor".

-"¿Y a dónde vamos?"

-"Acá cerca, donde está el patrullero. Ahorita se va, no te preocupes", responde ella.

-"¿Pero qué hace un patrullero allí?

-"Están pidiendo su billete esos conchesumadres. Todos los días vienen a esta misma hora", responde con fastidio la morena.

Mientras Angelito dispara su siguiente interrogante, la aparente calma del lugar se ve perturbada por la llegada de un muchacho que, apresuradamente y lanzando gritos, se acerca al patrullero.

-"Jefe, me acaban de robar, acá cerca, ayúdeme por favor".

La gorda del prostíbulo se aleja del patrullero, mientras uno de los policías abre la puerta trasera del vehículo para que el muchacho suba y enseguida acelera.

-"Le dije a ese pata que no vaya para atrás (jirón Cañete). Allá cuadran", comenta la morena. "Esos tombos lo llevarán a la comisaría para que ponga su denuncia y nada más. Ya perdió. La tombería no se mete con nadie acá. Más bien aprovecharán para pedir más billete a los pendejos de la vuelta".

Y no es que cogoteen en esta zona. Eso no. El muchacho fue víctima de los cómplices de alguna prostituta con una modalidad extendida en los peligrosos antros de esta Lima rosa: Un individuo, escondido en el cuarto, se encargó de vaciarle los bolsillos mientras el chico hacía lo posible para no venirse rápido.

-"Mira, esa nota del patrullero me ha palteado un poco. Mejor te busco otro día", se despide Angelito de la morena.

-"No te preocupes, estoy todos los días desde las 9 de la noche".

DE HUATICA A DÀVALOS LISSON
En 1919, Juan González escribió su tesis "La prostitución reglamentada en Lima", donde contabilizó la existencia de 1.109 mujeres dedicadas a la prostitución en una ciudad con 150 mil habitantes. Por lo general, ellas recibían a sus clientes en Huatica, una especie de zona rosa limeña que, 1956, fue clausurada por el presidente Prado. Han pasado más de ocho décadas y ahora el número de prostitutas bordea los 60.000, en una ciudad con ocho millones de habitantes. La mayoría ofrece sus servicios en la vía pública o en lugares que no tienen ningún control de la policía, de los municipios o del Ministerio de Salud.

En la actualidad, la zona más crítica es el Cercado de Lima. Solo entre las avenidas Alfonso Ugarte, Nicolás de Piérola, Garcilaso de la Vega y Bolivia, funcionan, en medio de la informalidad y sin ningún tipo de control sanitario, alrededor de 60 hostales-prostíbulos. Y no solo son estos locales, durante sus diarias caminatas nocturnas para dirigirse al paradero de Alfonso Ugarte, Angelito detectó que también se alquilan cuartos de viviendas particulares para el ejercicio de la prostitución clandestina.

Mientras que en los conos de la ciudad se erigen modernos hostales, con coloridas y llamativas luces de neón en sus fachadas, ofreciendo los mejores servicios; en el Cercado proliferan aquellos que, en muchos casos, tienen las habitaciones apenas separadas por planchas de triplay o, en el peor de los casos, por cortinas oscuras, además de paredes y pisos sucios y malolientes. El precio de las habitaciones de estos antros fluctúa entre los 8 soles (sin baño) y los 20 soles (con baño y agua caliente).

Solo en la cuadra dos del jirón Dàvalos Lisson hay más de diez locales, sin letrero de hostal, pero con pequeños carteles que anuncian los precios de las habitaciones. En la calle, grupos de muchachos, visiblemente desconfiados y con caras de pocos amigos, hacen guardia por si se produce una intervención municipal y, a la vez, se mezclan con quienes controlan el negocio: los cafichos. Estos también cuidan a las meretrices y controlan el número de clientes de cada una, para luego pedirles cuentas.


ZONA TRAVESTI
En esta Lima rosa hay espacio para todos. La prostitución no discrimina. También los travestis tienen su zona: el jirón Washington.

Lo primero que percibe Angelito al acercarse al cine Tauro, en el jirón Washington, es el hediondo olor a orine que flota en el aire. Las paredes exteriores del vecino baño público municipal deben ser el urinario callejero más grande de la ciudad. Entre el cine y el baño público, sentados sobre la vereda, nueve individuos, totalmente alcoholizados, discuten acaloradamente mientras abren una botella más del tóxico y barato trago industrial. A un costado, la caseta de seguridad donada no hace mucho por el congresista Luis Iberico y por la empresa Telefónica, ya perdió su puerta y es un testigo privilegiado de la impunidad que campea en esta oscura, solitaria y peligrosa calle.

Los nueve individuos, que cuando no están alcoholizándose y drogándose se dedican al asalto callejero, han hecho de esta zona su centro de operaciones. Pero no son los únicos. Ellos conviven, en una armonía cómplice, con los travestis que esperan a sus clientes en las afueras del cine Tauro o, si pagan la entrada, los ligan en el interior del local para allí mismo prostituirse.
Los travestis son de los más peligrosos, pues acostumbran estafar a sus clientes y, cuando la noche está floja (como dice la canción de Rubén Blades) y no hay clientes pa’ trabajar, se dedican al asalto al paso con total impunidad, secundados por los delincuentes.

SHOW DOBLE, SHOW DOBLE, PASE
-"Pase pase. A sol la barra, a sol la barra".

-"Show doble, show doble, pase adelante".

-"Hay chibolitas peladitas, choche, pasa no más. A sol".

Gritan a voz en cuello, vestidos con largos abrigos, los jaladores de los nigth club que, desde las 8 de la noche, abren sus puertas en las cuadras 5, 6 y 7 de la avenida Nicolás de Piérola (Colmena).
"Capacidad para 60 personas", es lo único que se lee en la fachada de estos locales. Al igual que los hostales, no tienen letreros exteriores, pues funcionan irregularmente.

Angelito estira su mano para correr la cortina que separa el exterior del interior. Ya adentro, observa a la jauría variopinta de individuos extasiados que no se pierden un detalle de los descoordinados movimientos, sobre un improvisado estrado de madera, de las muchachas que se desvisten al ritmo de la música de la película Ghost: La sombra del amor. Las personas de mayor edad son las que ocupan las bancas delanteras, mientras que los más jóvenes silban, lanzan besos y frases subidas de tono (piropos, según ellos ellos).

-"Sácate todo", grita uno.

-"No pasa nada con esa flaca", se quejan otros.

Al final del show, los que no se acercan a las mesas a consumir licor son sacados a la fuerza del local, mientras otros entran apresurados a buscar la mejor ubicación.

Los que se quedaron, consumen licores adulterados. No les importa pagar altos precios por el trago, porque a cambio de ello, siempre hay una chica cariñosa que los acompañan y los inducen a seguir consumiendo. Les acarician la cabeza, sin dejar de sonreir, mostrando una lengua juguetona y haciendo puchero con los labios. Les hablan al oído, con insinuaciones poco santas, pero, eso sí, sin dejar que el cliente palpe más de lo permitido. A lo mucho, un beso efímero para mantener la buena armonía. Si el cliente se pasa de la raya, es echado a golpes por los "angelitos" que custodian el local. Pero si el cliente desea ir "a otro lado" con la chica, tendrá que abonar no menos de 100 soles para poder sacarla del local y por solo media hora. Ese es el verdadero negocio: licor y sexo, el show es solo el gancho.

CHITOS HIP HOP
Una escena que cada vez se hace más común en estas calles es la que observa casi a diario Angelito. En La Colmena, a pocos pasos de la universidad Federico Villareal, una chito (lesbiana), de no más de 1,55 cm, cabello corto, vestida con un jean ancho, casaca hasta las rodillas con un estampado que dice NBA, zapatillas blancas de hombre y gorra de reguetonero, besa apasionadamente a una prostituta alta, delgada y con un cuerpo que bien podría envidiar alguna modelo. Es fácil adivinar que la chito es su proxeneta.

A unos metros, mientras Angelito camina por el jirón Cañete, se produce otra escena común. Una chito en estado de ebriedad abofetea a una prostituta que no debe tener más de 16 años.

-"¿Por qué sigues conversando con ese conchesumadre. No te das cuenta que me quiere atrasar? Grita la chito.

Está cuidando a su gallina de los huevos de oro. Otro proxeneta de la zona trata de arruinarle el negocio.

Tras la bofetada, la chito desliza su mano derecha por el rostro de la muchacha tratando de secarle las lágrimas, luego le acaricia el largo cabello color cucaracha, y besa sus labios suavemente. Se sientan sobre la vereda. Ya están reconciliadas. Esta vez el beso es más prolongado.

Angelito se aleja, pasa junto a la morena de la otra noche, ambos se miran, "¿Vas?", pregunta ella. Angelito no responde y tampoco desacelera su andar. Ya está cerca de Alfonso Ugarte y le espera una hora de viaje en el lento El Rápido. Poco a poco deja atrás a esta Lima de todos los días, la que no se ve en la millonaria publicidad televisiva de un alcalde que, paradójicamente, tiene más de 90% de aprobación.


DATOS DE LA LLECA

Dávalos Lisson
La cuadra dos del jirón Dávalos Lisson se ha convertido en la calle de los hostales. Hay de todo, desde sitios para el polvo de unos minutos, hasta casas de familia, donde la gente se hospeda por meses. Las tarifas, como los clientes, son muy diversas. Una habitación simple no pasa de los S/.10, una con baño S/15. Un cuarto matrimonial en La Estancia, el hostal más bonito de la zona y el ùnico que tiene letrero de hostal, cuesta S/20. Si el cuarto tiene cable y baño S/.25.

Emancipación
A lo largo de toda la avenida Emancipación, lugar donde proliferan las peperas y los pirañas, los hostales son casas viejas totalmente antihigiénicas, muy concurridos por las prostitutas del jirón Cailloma y algunos fletes. Las habitaciones no pasan de los S/.15

Zepita
En el jirón Zepita confluye toda la prostitución de la avenida Tacna. Los hostales ubicados en esta zona apenas tienen algún letrero que anuncia la tarifa. Son mataderos que cuestan entre S/.8 y S/.10. La tarifa no es por toda la noche.

Cailloma
Donde hay prostitutas hay hostales. Sin embargo, en el jirón Cailloma solo hay un hostal legalmente establecido, el resto son casas de cita y bares de mala muerte como La Sirenita, en el cruce de Cailloma con Quilca. La tarifa en el Hostal Tropical es de S/.20 la noche.

10 Comments:

Blogger ::Alejandro:: said...

No dejes de escribir. Excelente e interesante blog. Quiero leer más.

Saludos!

Alejandro
Peru Food

7:38 PM  
Blogger repartidor de muerte said...

Qué buen blog, a ver si la próxima vez que visite Lima nos vamos a hacer turismo al Centro. Léete el mío pex.

4:28 PM  
Anonymous Anonymous said...

Interesante mi estimado... quisiera compartir mas sobre lo que es "A Sol La Barra" me has echo recordar vlgo que yo mismo habia olvidado.. q el show es solo un gancho... Bueno espero pases por mi blog...

12:30 PM  
Anonymous Anonymous said...

Interesante informacion ... seria bueno aportar los nombres de las barritas ... y los nombres de batalla de las chicas recomendables...

10:13 AM  
Anonymous Anonymous said...

ahi un dato de mi aporte ..

http://www.larepublica.com.pe/images/stories/2008/mayo/23/IFRE23050816GR.jpg

10:34 AM  
Anonymous Anonymous said...

Excelente cronica, estoy escribiendo un cuento ambientado en esa zona del centro, ademas puedes chequear mi blog,deberias extenderlo, es fascinante.

aqui esta mi blog:

http://marineroebrio.blogspot.es/

1:24 AM  
Anonymous John E. Chacon said...

EXELENTE APORTE,genial relato
me encantan estos relatos,siempre stoy en el centro y solo he estado en en jr chota y ocoña pero no conocia esas zonas

9:43 PM  
Anonymous John E. Chacon said...

EXELENTE APORTE,genial relato
me encantan estos relatos,siempre stoy en el centro y solo he estado en en jr chota y ocoña pero no conocia esas zonas

9:43 PM  
Anonymous Anonymous said...

Interesante el relato, hace mucho que no voy por el centro, pero un tiempo era muy asiduo en Cailloma, dejame comentar que algunas chicas atendian en el baño de la palya de estacionamiento que esta en el otrora cine club auditorio santa elisa.
Ademas por el otro lado de cailoma hacia emancipacion estan los callejones, por alli vi mas de una vez a la carlota de Lima Limon

1:24 PM  
Blogger Unknown said...

Buen dato men hber cuando hcems un tour x lima ya k hce meses no bajo x ahi....muy buen blog (y)

7:39 AM  

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